1. Muros exteriores e interiores: 

Son adecuados para muros perimetrales y divisiones internas en todo tipo de edificaciones. Su capacidad de aislamiento térmico ayuda a mantener una temperatura interior confortable, optimizando el uso de calefacción o aire acondicionado.

2. Muros térmicos y energéticamente eficientes:

Gracias a su alto nivel de aislamiento térmico, permiten reducir significativamente la transferencia de calor o frío, lo que se traduce en un menor consumo energético y ahorro en climatización.

3. Muros divisorios:

Su peso ligero facilita el manejo e instalación, lo que agiliza la construcción y disminuye la carga sobre la cimentación. Son ideales para particiones interiores no estructurales.

4. Remodelaciones y ampliaciones:

Por su facilidad de corte y manipulación, son ideales para reformas y ampliaciones, ya que permiten modificar o extender estructuras sin comprometer la estabilidad original.

5. Construcción sostenible y ecológica:

Contribuyen a la eficiencia energética y están fabricados con materiales o procesos de bajo impacto ambiental, alineándose con prácticas de construcción sustentable.

6. Aislamiento acústico:

Además del aislamiento térmico, ofrecen una buena barrera contra el ruido, mejorando el confort y la privacidad dentro de los espacios habitables.

7. Cubiertas y losas aligeradas:

Diseñados para sistemas de losas aligeradas, estos bloques ayudan a reducir el peso total del techo, favoreciendo la estabilidad estructural del edificio.